Tarot: XX El Juicio

· Volvemos a encontrarnos a este personaje humano que ha estado ausente buena parte del camino del tarot. Es un personaje que ya no es un niño pues ha madurado. Representa obviamente al Yo como el nuevo ser que renace. La carta lo muestra claramente levantándose de una tumba. Ese Yo que primero deseó ser (el Mago), que luego se coronó con todo su poder (el Carro), y que después fue necesario matarlo (XIII), ahora es cuando vuelve a surgir (el Juicio).

· Pero hemos de constatar que es un ego diferente pues es la primera vez en todo el Tarot que una figura humana mira a lo alto. «El rostro contempla al Rostro», lo divino y lo humano se reconocen. Es aquí donde podemos decir que «después de años arduos de buscar a Dios, me dí cuenta que era Él el que me buscaba a mí».

Nos damos cuenta que todo ese viaje había sido una respuesta a un Llamado. Que este camino de completitud no lo habíamos elegido, sino que hemos sido elegidos.

· En este renacer, el personaje no se encuentra solo, está acompañado por una mujer y un hombre mayor. Dan su bienvenida al personaje que ha estado muerto (inconsciente). De alguna manera reflejan la trinidad, padre, madre e hijo. Es tal vez el hijo pródigo que vuelve a casa, que vuelve a su estado natural.

· Ahora es consciente de los compañeros de viaje. Además estos compañeros pueden significar las 4 funciones básicas que nos relacionan con lo que no soy (percepción, sentimiento, pensamiento e intuición), funciones racionales (sentimiento y pensamiento) e irracionales (percepción e intuición según Jung).

Aunque el Yo se identifica con la función dominante, la carta nos quiere decir que las funciones pueden expresarse simultáneamente. El cuarto elemento que falta es el que nos hace retornar a la unidad perdida. De la misma manera que las patas de la mesa del Mago sólo se muestran tres, la cuarta permanece invisible pero es la que gesta el nuevo ciclo de expresión.

Cuando el flujo de la mente no va hacia afuera retorna a la fuente y en la fuente estas funciones básicas son indisolubles. Esas funciones que ejemplifican los contrarios coexisten cuando estamos en nosotros mismos.

· Además este trío está con las manos juntas, en una expresión de oración o recogimiento. Es el mudra (añjalimudra) de la unidad, del que vive hacia dentro más allá de la dualidad. Es la unión del mundo de diamante (espiritual) con el mundo de la materia.

· No es de extrañar que en esta posición estén esperando un juicio. Este juicio puede ser riguroso pero es la puerta para ver las dos caras de la vida. En esa ecuanimidad uno es menos tajante, menos definido, ni tan blanco ni tan negro, sino toda la gama de colores y matices.

· Y está de espaldas, vuelto hacia el espíritu, anónimo sin mostrar ninguna cara, sin estar hacia lo social. Mostrando su vulnerabilidad. Nos quiere decir también que no tiene cola de diablo como los personajes de la cara XV, que ya ha revisado su sombra.

· En este llamado hasta las montañas (lo más material) se inclina hacia la altura, el mismo cuerpo se vuelve sagrado, desnudo, dispuesto a lo divino.

· Pero lo que viene de la altura es un tronar, un gong inmenso que nos despierta. La verdadera religión es la religión del despertar, del darse cuenta.

· Pero lo que suena es pura música, y la música se encamina directamente al corazón donde se juntan las manos en el pecho. Sentimos que el mundo es como un discurso que suena al cual hemos de estar atentos. Si no escuchamos la música con el corazón no nos transforma. Si estamos en la mente, en la crítica, perdemos el instante. Sólo se puede escuchar en el aquí y ahora.

Hay un sentido profundo de meditación en esta carta, pues la meditación también es un estar suspendido, mientras se escucha, aguardando, en silencio interno, algo que va transcurriendo. Y es que la existencia se vierte momento a momento.

· Lo que nos dice la carta es que el mensaje nunca está acabado, que hay una progresiva revelación, que se va desplegando a medida que se vive. Nunca hemos llegado, siempre se puede integrar más, pues la vida continua.

· Entonces sentimos que ese juicio es un juicio permanente. Somos culpables ante ese juicio por haber desmembrado la totalidad, por mantenernos en la parcialidad. Sólo nos libramos de ese juicio cuando aceptamos la totalidad, cuando somos lo que realmente somos, no lo que no somos, lo que querríamos ser. La impecabilidad consiste en mantenernos en eso que somos. Ahora ya podemos reconocerlo.

· El ángel con la trompeta es un símbolo de anunciación, que anuncia la realidad de un cambio, de un nuevo ciclo. Es la transformación integral que puede hacer un ser. La bandera en forma de cruz habla de esos cuatro elementos que se armonizan.

· Alude al Juicio Final en la tradición cristiana. Cuando la trompeta de Miguel hará el llamado a los justos para que vayan al cielo y a lo impuros al infierno.

· Aparece la importancia del ego, de un ego redimido. Un ego que está de acorde con lo más alto. Lo que sale de la tumba es un ser completo, que no perfecto. Redimir en el sentido de quedar libre de ataduras.

Completo en el sentido de asumir la propia responsabilidad ante la vida. Si el egoismo es el escape a toda responsabilidad, entonces nos volvemos desprendidos.

 

Julián Peragón

 




Tarot: XVII La Estrella

«Discrimina entre lo que quieres y lo que necesitas.

Si bien no tienes todo lo que quieres, si tienes todo

lo que necesitas».

«El silencio es el espacio interior

que necesitamos para crecer». Refrán.

Los alquimistas decían que

«la imaginación es la estrella en el hombre».

Máxima cabalista:

«cuando hayas encontrado el comienzo del camino

la estrella de tu alma mostrará su luz».

 

· Cuando uno sale de su torre de ideas y prejuicios entonces ve el cielo y reconoce su pequeñez. Delante del Universo somos un grano de arena. Pero no es una pequeñez aplastante o impotentizadora, es la conciencia de que todo está en todo, que microcosmos y macrocosmos funcionan con ritmos acompasados. Uno se siente integrado en la totalidad.

· La mujer es el símbolo del alma. Ésta si no es escuchada se hace oir en sueños, cuando nos quedamos en silencio. Esta carta es el descubrimiento del alma cuando nosotros mismos hacemos una expansión, cuando nos asimilamos a lo que nos rodea.

· La mujer está desnuda, símbolo de que nuestra condición interna es de desnudez, de una inocencia recuperada. Como si uno pudiera ver lo simple en lo complejo y viceversa. También es la conexión con la intuición que se presenta como verdad desnuda.

· Pero la mujer también está arrodillada pues participa de la fe. La fe es una capacidad de contentamiento, de aceptación de lo que existe. Es una plena apertura al presente. La fe es abrirse para recibir todo lo que hay. La fe es el recuerdo de esta conexión con todo lo que nos rodea. Es la realización de la humildad.

· Desnuda y arrodillada, con el cabello color azul nos invita a sentir que se está preparando un bautismo, un bautismo de agua pues hay renacimiento y renovación. La numerología nos ayuda, el 17 se reduce al 8 como expresión de bautismo.

· El simbolismo del agua ya no es el mismo que en la Templanza, aquí el agua se vierte, ahora en el río, ahora en la tierra. El acto es el de regar, el de nutrir lo que previamente se ha sembrado. Sólo con el riego, con el cuidado de la vida se produce crecimiento. Es por tanto una carta de crecimiento interno. Alude también a la mujer en el momento de la fecundación.

No obstante las dos jarras son de un mismo color quizá recordándonos que la dualidad es pura ilusión.

· Si bien la carta de la Torre representa el desmoronamiento de la parte mental que quiere regir la vida, la Estrella es la explosión de ese estado emocional de plenitud.

· Este estado emocional se vive como una identificación con todo lo que hay. Uno descubre en sí a la planta, a la piedra, a la estrella. Hay una ampliación de nuestra sensibilidad. Es un carta conectada con lo parte artística y con la genialidad pues la Estrella representa una escalera que conecta cielo y tierra.

· Con la Estrella aprendemos desde la piel, desde la vivencia. Y ese contacto se da en el aquí y ahora, en el momento.

· Si Saturno rige al Diablo, Urano a la Torre, la Estrella está regida por Neptuno que es el planeta emocional donde todo se diluye en esa inmensidad del mar que también es el cosmos. A través de Neptuno no se plantea una ruptura sino una asimilación, una identificación.

Esa capacidad neptuniana de diluir, de expander nos lleva al misticismo, a lo religioso, a la parte Bhakti del yoga, devocional.

Es aquí que sentimos que amamos la humanidad, que sale nuestra filantropía.

· El camino de la Estrella es el camino del abandono, del no resistirse. Es cuando aparece de forma natural la meditación como ese estar atento. Meditar es como ir de pesca sabiendo que hay todo un flujo, una corriente del inconsciente, que son las aguas de la vida.

· Cuando uno no está encerrado en su torre de marfil como marco de seguridad, entonces descubre que allá en lo alto, en los cielos del propio interior hay una estrella que nos guía. Y esta estrella es Venus, la diosa de la belleza y del amor. Tal vez nos esté diciendo que es el propio corazón aquel que puede guiar nuestros pasos. Nos lo decía Don Juan de Castaneda busca un camino que tenga corazón.

· Las estrellas siempre han sido una débil luz de orientación para navegantes, un mapa de lectura astrológica para adivinar los destinos. El alma sabemos que es la matriz del destino.

· Está representadacomo una doble estrella central. Venus es el lucero del alba y también la estrella vespertina. Y nos dice que bien nos puede llevar al día como ser la anunciación de la noche. La estrella del día puede ser la estrella de los Reyes Magos, la otra puede ser Sirio que conduce las almas al reino de la oscuridad y de la muerte.

· Y además esta estrella que guía está rodeada de 7 estrellas protectoras que pueden ser los 7 chakras, 7 centros energéticos por donde tiene que transitar nuestra energía y nuestro proceso de elevación. Son los 7 estados del proceso alquímico.

Pero las estrellas también nos conectan con la inmortalidad, fijas e imperecederas. Hay tantas estrellas como almas, cuando muramos, nos dice la leyenda, iremos a una estrella. La estrella que nos ha guiado y que ha marcado nuestro destino aquí en la tierra.

· Alrededor de la mujer vemos árboles y plantas símbolos de la fructificación que se ha producido. Pero también hay un pájaro vivo, que canta y trina, que alaba la creación. Estamos en una fase de la iluminación donde hay una celebración de esta creación divina. Se entra en una devoción profunda.

Los pájaros son también mensajeros de los dioses. Además se nos representa al pájaro como a punto de iniciar un vuelo.

· Los árbolos son un símbolo muy bello de la integración entre cielo y tierra, de las raíces que deben enraizarse para que la copa alcance el cielo.

 

Julián Peragón

 




Tarot: XI La Fuerza

Los escondites son innumerables,

pero la salvación es una.

El coraje del León es la Sabiduría de Dios. (W. Blake)

 

· Con la Fuerza empieza el segundo ciclo implícito en el Tarot. Es una carta central pues hay tantas cartas por encima como por debajo. Si el Mago iniciaba un ciclo masculino, externo hacia el mundo, la Fuerza, ambos con el sombrero del infinito inicia un camino femenino, hacia dentro, hacia la espiritualidad.

Uno mira a la derecha como invitando a la razón, la otra mira hacia la izquierda ateniendose a lo sensible.

La mirada de la Fuerza está ensimismada como mirando hacia dentro.

· La Fuerza alude a la historia de Hércules y el león de Nemea. Hércules viendo que nada, ni flechas ni lanzas herían al león lo estranguló con sus brazos y se cubrió con la piel del león.

Se da una alegoría entre el encuentro del hombre con su parte animal, con su instinto. No se trata de destruir el instinto sino de buscar en él una fuente de fuerza, de aquí que Hércules se cubra con la piel.

· La mujer de la Fuerza abre claramente las fauces del león sin violencia porque el león símbolo instintivo no es tan peligroso si hay una atención respetuosa por sus necesidades. Lo que hace la Fuerza es sublimar ese mar instintivo. Es claro que un león enjaulado, un instinto reprimido se vuelve un monstruo feroz.

· Es interesante constatar que la cabeza del león se sitúa en la parte pélvica, genital donde reside la sexualidad. La tradición ha buscado muchos caminos en esta trascendencia de la fuerza sexual. No siempre el camino monacal ha sido el más efectivo. En India el renunciante se ofrecía después de haber cumplido con su fase social, con su familia e hijos. También el concepto de bramacharia no implicaba necesariamente castidad sino el hecho de no perderse en la espiral de deseos y placer.

· Hay una imagen astrológica bonita. La joven, signo de Virgo se impone sobre el león Leo, así como el otoño doblega al verano. No es una represión de la fuerza estival, simplemente es una transformación de la energías de la vida. Podemos llegar a esa sublimación sin esfuerzo, sin violencia como transformación. De hecho la vocación del instinto es la de transformarse, quizá su anhelo más profundo.

· En este momento uno siente que todo lo anterior ha sido un prólogo. Que uno andaba buscando seguridad, conquista, placer, poder, etc. Ahora un busca verdaderamente desde su individualidad. Ahora empieza la propia vida.

· Hay una necesidad de dejarse ser, de no oponer resistencia. Conciencia de que lo que uno hace no tiene importancia y por tanto no sirve de nada estar orgulloso. Se entra en la humildad verdadera. Se conecta con el ánima que no tiene miedo alguno.

· El miedo a la violencia viene de un patrón de cobardía. Cuando la violencia está reprimida se fantasea. En verdad el león no es tan fiero. El instinto puede ser domesticado sin represión.

· La Fuerza es claramente la mediación entre el yo consciente y los instintos. La capacidad de ponerse en contacto con su alma. Por eso, hasta que no miremos con amor al león, a la parte instintiva, a la sombra, no habrá transformación.

· En ese dejarse ser no hay esfuerzo, no hay intención por eso surge la espontaneidad. Y esto es la fuente de toda creatividad. Nos lo dice el sombrero alado. La creatividad es algo que emerge, no una conquista más del ego o de la razón. Tiene que ver con el león despierto y con la mediación del alma.

· Si el ciclo anterior era de esfuerzo y de conquista, este ciclo que inagura la Fuerza es de abandono donde desciende la gracia.

· Ahora se nos aclara la función del ego, ser mediador entre arriba y abajo, entre lo espiritual y lo terreno.

· En el mito de la Bella y la Bestia como en otros mitos, el animal no es solamente domado sino también es transformado.

· Jung dice: «es el miedo a la psique inconsciente lo que, no sólo impide el autoconocimiento, sino que es el mayor obstáculo para una comprensión más amplia y para el conocimiento de la psicología».

Julián Peragón

 




Tarot: IX El Ermitaño

«Mayor silencio en el mayor bullicio,

y mayor actividad en el completo silencio».

El que no tiene nada se tiene a si mismo.

Quien mira hacia fuera, sueña;

quien mira hacia dentro, despierta. Jung

Un buen caminante no deja huella. Proverbio chino.

Después de años de buscar a Dios,

me dí cuenta que era Él el que me buscaba a mí.

· Camina hacia la izquierda, al contrario que el loco. Las dos únicas figuras que caminan (la muerte también avanza pero no es tanto un personaje). El Loco camina a la vida, el ermitaño retorna.

Vuelve al origen, o sea, se vuelve original. Restaura la inocencia perdida.

· Siente que ha de seguir su propio camino. Camino de individuación. Ha sido necesario volcarse en el mundo, enfrentar todos los poderes, enamorarse, triunfar, para volver a casa, a uno mismo.

· Una vez se ha cruzado el umbral de la Justicia, no hay retorno. El ermitaño sabe que la vida es una rueda que gira, ha comprendido el destino (la Justicia) y va al encuentro de su centro (la Rueda).

· Muestra un camino. La lámpara es su propia luz para alumbrar el camino. Sabe por dónde hay que ir. Asegura cada paso con su bastón, con la prudencia.

· Pasa por el mundo pero no se apega a las cosas. Sabe que la vida es un andar de paso. Sus raíces están en el alma.

· Pasa inadvertido. Prescinde de todo ornamento. Se vuelve invisible porque cuando uno no llama la atención puede ver la verdadera cara de la humanidad. La capa lo cubre.

· Se retira del mundo para reunir lo que estaba disperso. Se para, entra en la quietud del espíritu para reflexionar. Hay que comprender lo que se ha vivido. Duda de haber sido el autor de lo vivido.

· Ha madurado, los cabellos se han vuelto blancos. Se pierde la atención hacia fuera para ir hacia dentro. Uno renuncia a las gracias de la juventud con aceptación.

Es un camino de desapego, de humildad.

· El número nueve es un número de gestación (embarazo), un momento de gestación. Algo se está gestando en esa soledad.

· En este ir hacia dentro no sólo es un acto voluntario, uno siente que es llamado. Hay algo que tira hacia dentro, hacia la meditación.

· Pero es un camino de soledad. Cuanto más se comprende más solo se está.

· Hay un compromiso serio con la vida. No hace concesiones. Es tolerante por fuera pero exigente por dentro.

· Su conocimiento no es un saber teórico sino un saber vivir. Tiene la simplicidad como arte.

· Nos recuerda al filósofo Diógenes que caminando con su linterna exclamaba: «busco a un hombre». Despreciaba las convenciones. Busca el hombre auténtico al igual que el ermitaño.

 

Julián Peragón

 




Tarot: III La Emperatriz

El 0 es el Deseo, el deseo loco de vivir.

El 1 es un primer impulso de la conciencia, donde se empieza a construir la personalidad.

El 2 es el descubrimiento de ese interior, de ese inconsciente que trabaja pacientemente en la oscuridad. Es la resistencia a aquel impulso. Es la espera.

El 3 es el resultado. La comprensión de que para que hayan frutos ha de haber una espera.

· Lo femenino

El 2 es lo lunar, la esencia, lo femenino antes del encuentro con el hombre.

El 3 es la parte solar, la función, el después del encuentro con lo masculino.

· Fructificación

Es el resultado del encuentro amoroso entre el Mago y la Papisa. Es la capacidad de hacer crecer, de fructificar.

· Leyes naturales

Si uno va en la misma dirección de la vida entonces hay crecimiento. Conocer las leyes y respetarlas.

· Abrazo del espíritu

En sus brazos está el águila, el espíritu, el que realiza el vuelo más alto, pues éste necesita la fuerza de la naturaleza que la alimente. La realización espiritual se realiza a través de las pequeñas cosas de la vida, a través del cariño y la atención.

· Nacimiento

En todo nacimiento hay tres responsables: madre, padre y espíritu. Dar a la madre lo que es de la madre, al padre y quedarse en el espíritu, en la esencia.

· Las alas de carne

son las alas de la vida, la atención de las cosas cotidianas. Si a una persona se la quiere se invoca lo más positivo de esa persona. Es símbolo de realización espiritual. Con ellas vemos el vínculo emocional que se establece en las relaciones.

· La otra cara de lo femenino

de la gestación al parto, de la fase lunar a la solar, del misterio a su manifestación.

· Vientre y cetro

El cetro que señala el vientre como centro de poder. El poder de germinar, de superación de obstáculos.

· Venus

Venus es la diosa del amor y de la belleza, de la atracción y de la fecundación. Capacidad de tomar afecto, de sentir propio lo que es ajeno, de fundir en uno lo que aparentemente está separado. Hay fuerza de adhesión.

A través de Venus vemos que todo lo separado se corresponde, que hay una semejanza entre todo lo que vive.

Es también la capacidad de sacar lo mejor del otro a través del amor y del cariño.

· Valor

Con la Emperatriz empezamos a valorar, a apreciar las cosas.

El Valor está simultáneamente en la cosa y en el sujeto. Está en mí pero no depende de mí.

La emperatriz dice: «!todo tiene un valor, lo importante es cómo está hecho».

· Querer

Querer no es una proposición, no es una voluntad. Depende del arquetipo. Es a través del querer que uno penetra en la cosa. Conocer es amar.

Tomar afecto, coger cariño, dar amor es el alimento que sustenta la base emocional. La Emperatriz es aquello que une, que liga, que une lo que está separado.

· La Belleza

¿Qué es la belleza?. Algo es bello cuando una de sus partes están organizadas en función de un fin.

¿Es una mirada valorativa?. ¿Será un orden implícito?

· La Madre

El ideal de la Madre es de infinito perdón, de total aceptación. Comprensiva, cariñosa, asequible. Es la que todo lo cura.

La Madre nos ata a la naturaleza. Es el amor. El Padre nos conecta con la cultura. Es la exigencia.

El niño no se relaciona diirectamente con su madre sino a través del arquetipo. Cuando habla de su mamá habla de sus necesidades porque es básicamente egoista. Madurar significa reconocer a la persona en la madre.

· Castración

La Madre tiene la capacidad de dar vida pero también de negarla. Cuando uno se identifica con el rol y no quiere renunciar, no quiere ver como los hijos se hacen independientes entonces esa fuerza aunque de cariño y atención se hace oprimente.

Si bien la cara negativa de la naturaleza la veríamos más adelante en la Rueda.

En la mitología hindú tenemos a Kali, la madre que come a sus hijos.

· ¿De quién somos hijos?

Somos hijos de la Gran Madre, somos hijos de la vida, comprensión que debe aceptar toda madre de carne y hueso.

· Patrones emocionales

Aquí se construyen los patrones emocionales de la vida adulta. La Emperatriz son esas raíces, la familia, la escuela, etc. donde nos sentimos arropados. La neurosis sobreviene cuando nos sentimos solos.

· El Alma

El cuerpo como el alma es algo que padecemos, que no elegimos.

El Alma admite la contradicción, la razón no.

· Nostalgia del origen

La Emperatriz representa la nostalgia de una casa, del orígen. Pero la sabiduría nos recuerda que hemos encontrar las raíces en la ausencia de lugar, tener las raíces en la propia alma.

· Significados

-Estabilidad.

-Influencia protectora

-Indica crecimiento

-Sentimiento manifiesto en una obra o en un hijo.

-es el crecimiento a través del trabajo y de la creación.

-También nos habla de tener raíces.

Julián Peragón

 

 




Tarot: XV El Diablo

Las fuerzas instintivas condenas en el hombre

civilizado son mucho más destructivas

y por lo tanto más peligrosas que los instintos

del hombre primitivo, quien en modesto grado vive

constantemente los instintos negativos.

En consecuencia, ninguna guerra del pasado histórico

puede competir con una guerra de las naciones

civilizadas en su colosal escalada de horrores.

Jung.

» olvidamos siempre que nuestra consciencia

es tan sólo una superficie, nuestra conmsciencia

es el anteproyecto de nuestra existencia psicológica.

Nuestra cabeza es solamente el final, detrás de

nuestra consciencia hay una larga «cola» de dudas,

debilidades y complejos, prejuicios y herencias y,

nosotros consideramos siempre nuestras decisiones

sin contar con ellas».

Jung.

 

· Con la Templanza uno ha conectado con si mismo, ha conectado con esas corrientes subterráneas que nos nutren. Uno es más amplio que el ego pues conoce su propia psicología.

· Pero sólo se ha tomado contacto, todavía no se ha enfrentado todo ese interior. El Diablo es la prueba de que todo el sistema anterior está sólido.

· El Diablo, mitad hombre, mitad bestia, es otro ángel pero hace de aduanero. Es el que está a la entrada del tercer movimiento. Como la Justicia hacía de puerta al segundo movimiento, el Diablo nos pregunta ¿Cuánto equipaje llevas?. Ambos nos miran de frente. Ambos llevan una espada, una a la derecha cuestionando la lógica del ego, otro a la izquierda cuestionando nuestras dependencias más profundas.

· A partir del Diablo, de este tercer movimiento las figuras van desnudas, porque en este plano espiritual las máscaras van cayendo, uno se encuentra con su desnudez.

· Si el Diablo está a la entrada de lo espiritual es, tal vez, porque Dios y el Diablo se dan de la mano. No olvidemos que no hay luz sin sombra. Los cuernos de oro del Diablo son símbolos del fuego divino, de su relación con Dios. Los cuernos son siempre símbolo de nueva vida y de regeneración espiritual.

· El Diablo representa nuestra sombra, aquello de lo que no somos conscientes. Diríamos que es el punto ciego de nuestra psicología. Simbólicamente el Diablo se representa con una estrella de 5 puntas al revés del símbolo del Hombre cuya punta está hacia arriba. Es un ángel caído.

· Fue el Diablo quien nos hizo probar el fruto del árbol del bien y del mal. Quien nos hizo salir del Paraíso del orden natural. Esta inducción al conocimiento es una puerta a la libertad. Sin conocer el Mal no sabríamos qué elegir, seguiríamos en la inocencia del niño, en la beatitud del paraíso. Mientras estemos plegados al código moral no somos libres. A través del Diablo podemos hacer este cuestionamiento y coger nuestra responsabilidad.

· Es precisamente cuando no queremos ver nuestra sombra, cuando no queremos darnos la vuelta y ver nuestras proyecciones cuando actúa de veras el Diablo. Esa bestialidad propia de Satanás proviene del desconocimiento de nuestras motivaciones más inconscientes. El Diablo se alimenta de nuestra ignorancia y de nuestra inconsciencia.

· El Diablo es esa fuerza terrible que intenta permanecer escondida, que teme ser descubierta. Esa pareja que está atada al yunque del Diablo tienen caras de buenas personas, caras de ser civilizados, de pagar sus impuestos, de hacer actos nobles. Pero no se han dado cuenta que detrás de ellos, en su espalda hay una cola de diablillo y tienen orejas de asnos y cuernos diabólicos. Es la máscara de la hipocresía.

· Cuando uno teme su interioridad vive reprimiendo sus instintos y acusando a sus congéneres. Si uno teme su propia homosexualidad entonces se vuelve homófobo.

· Pero el Diablo no es terrible lo terrible es nuestra relación con él. De hecho Lucifer significa el portador de la luz. Lo que lo vuelve monstruoso es nuestro miedo a ese interior que es amoral. Es ese miedo a ser completo lo que nos recuerda el Diablo.

· El mal nos sirve para llegar a ser responsables de nuestros actos. Se trata de no actuar por el castigo divino sino por la claridad de nuestra responsabilidad.

· El Diablo representa lo amoral porque muestra la parte informe, ambigua de ese interior. Está más cercano al caos (aunque este caos pueda ser creativo), a la noche. Y de hecho es un ser andrógino mitad hombre, mitad mujer como nos representa el arcano. Porque, tal vez, la polarización hacia ese ser hombre, o ese ser mujer son roles sociales que temen la ambigüedad. Dentro de nosotros está lo femenino y lo masculino. Se trata de ir más allá de lo establecido, de lo cultural, de los patrones aprendidos, de los modelos introyectados, y ser.

· Esos diablillos están atados al yunque como símbolo de sus dependencias no reconocidas. Pero el lazo es suficientemente ancho como para deshacer lo el mero gesto de la voluntad y de la consciencia. Somos nosotros los que mantenemos nuestras dependencias, no es el Diablo.

· No es posible ninguna trascendencia si no enfrentamos lo que hay detrás de nuestra fachada. La sombra, el Diablo, nos invade, nos vampiriza cuando nuestros actos son compulsivos. Estar poseído es precisamente esa dificultad de actuar desde nuestra consciencia. Estamos poseídos por nuestra necesidad e poder, o reconocimiento, o placer. Cuando las pasiones no son reconocidas nos tienen a nosotros. Y aquí, desde esta sombra aparece la manipulación. Hacemos una cosa pero queremos lograr otra, Mostramos nuestra cara bonita poruqe queremos conseguir algo, mentimos por temor a ser rechazados.

· Al final en la gran sombra que proyectamos está nuestro deseo de perfección. No aceptadom nuestros límites, nuestros defectos, nuestra vulnerabilidad, nuestra inseguridad. Todo eso lo ocultamos en la sombra y desde allí se proyecta fuera queriendo matar al dragón, a lo informe, evitando el caos compulsivamente. Entonces estamos alimentando al Diablo.

· El apetito de perfección es inconsciencia. El Diablo nos recuerda nuestros apegos, nuestra posesividad, nuestras dependencias, nuestras manipulaciones.

· Mitológicamente el Diablo nos recuerda al dios Pan, hombre cabra que representa la lascivia y el deseo. Pero es realmente la líbido pura sin control.

También nos recuerda a Dionisio en cuanto a la ebriedad.

El camino espiritual tiene que mostrar esa bestialidad como algunas imágenes de las divinidades tibetanas, hinduistas, aztecas, etc. Se nos dice que hay que temer a Dios porque Dios es temible.

· Por eso este arcano nos habla de un momento de confusión, cuando aparece la locura y simultáneamente la genialidad. Uno puede vivir periodos atormentados cuando se enfrenta a sus dependencias ya establecidas. Puede haber una fascinación por la sombra, por lo oculto, por esa intensidad de energía y líbido que bien puede atraparnos poderosamente.

· Todo lo que no hemos revisado permanece y actua desde la sombra. Por eso a veces los pecados están revestidos de virtudes. Detrás de la vanidad aparece una persona efectiva y complaciente. Detrás del orgullo alguien que se muestra util, detrás de la cobardía alguien quien vigila por el bien de todos y que encuentra primero los problemas y los peligros, etc.

· El Diablo actúa desde la tentación. Es la manzana de Eva.

· El Diablo nos recuerda a través de esos personajillos que la mejor manera de permanecer inconsciente es descargar los problemas y las responsabilidades en los otros.

· El Diablo es una prueba de responsabilidad. La puerta de la trascendencia donde se nos da la oportunidad de volvernos conscientes no sólo de la luz sino también de la sombra.

· Está relacionado con Saturno como guardian de todos los umbrales. Saturno es el maestro, aquel que nos enseña sobre nuestros límites.

 

Julián Peragón

 




Tarot: IV El Emperador

· De la Emperatriz al Emperador

La madre pertenece a la naturaleza, pero el padre a lo cultural. Damos un salto de lo natural a lo artificial, a lo construido por los hombres.

La Emperatriz nos muestra la misericordia, todo tiene derecho a la vida. El Emperador habla de rigor.

· Los límites

Nos encontramos con el primer límite, con el primer No. No todo es válido, son necesarias unas normas para funcionar en conjunto, en una sociadas. Aparecen las leyes de los hombres.

· Autoridad

Con las normas y los límites se nos enseñan a temer. Debe haber un respeto por la individualidad del otro.

· Logos

A través del Eros borramos las diferencias, las distancias, con el Logos marcamos las diferencias. Es preciso distinguir claramente. Entramos en el principio de objetividad. La razón es un principio más universal que nos permite organizarnos. No solo el amor también las razones son necesarias. En el arcano 3 experimentamos las cosas, cómo nos afectan, subjetivamente, en el 4 entiendo lo que va más allá de mí, acepto las cosas a través de la objetividad.

· Inteligencia

Desarrollar el Emperador es desarrollar la inteligencia, la astucia, la claridad, el orden

· El cuadrado

El 4 es el númereo de la estabilidad. Las piernas forman una cruz, otra vez el 4. Los cuatro puntos cardinales que nos sirven para movernos en el espacio.

· Punto de acuerdo

El principio de objetividad posibilita un punto de encuentro.

· Abrazo

Razón y sentimiento se han de abrazar para que el sentimiento alimente la razón porque la razón, los sueños de la razón, producen monstruos cuando no hay una sensibilidad detrás.

· Dos arquetipos

El héroe que tiene infinitos recursos, valor, audacia, Y el sabio, mago, maestro que tiene las respuestas internas. Uno que me proteja de la realidad exterior y otro de la inseguridad interior.

· Fuente de autoridad

Es necesaria la figura del padre como fuente de autoridad, el que mantiene el rigor para que la ley se cumpla, para que todo funcione. Con él podemos llevar las riendas de nuestra vida, al tener fuerza y coraje.

· Posición

De pie, en contacto con la realidad, con un casco que indica que sus asuntos son de orden cotidiano, no espirituales. Con el cetro en la derecha como símbolo de la fuerza de la razón. Las águilas se miran, los cetros están cercanos, uno en vertical, firme y el otro inclinado, propio del sentimiento. Diferencias notables en mano derecha e izquierda.

 

Julián Peragón

 




Tarot: XII El Colgado

Jesús entre los 12 apóstoles, el Sol entre los doce signos, 

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. (Cristo en la cruz)

 

· La columna quinta de los septenarios (el Papa, El Colgado y el Sol) es donde se da una máxima tensión de la conciencia. Una búsqueda de sentido. Hay un replanteo de mayor profundidad.

· Simbólicamente la cruz de las piernas sobre el triángulo de la cabeza y los brazos simboliza el descenso de la luz en la oscuridad. La redención de las tinieblas mediante el sacrificio. El número 12 también es un número de redención. Ilustra la historia de la pasión de Cristo que muere en la cruz para la salvación de la humanidad.

· En el Colgado sus pies, sus raíces, aquello que le sustenta no está en el suelo sino arriba, no está en lo natural sino en lo sobrenatural.

· Osiris también estuvo tres días colgado de un árbol esperando a madurar para ser descuartizado.

También Cristo estuvo crucificado en la cruz. Herido por una lanza en el costado derecho donde reside el hígado. Y el hígado es el único órgano que se regenera. Podemos inferir de aquí un elemento de regeneración que hace el Colgado al invertirse.

Lo del hígado lo sabe bien Prometeo que en el castigo que le inflinge Zeus de atarlo a una roca donde una rapaz de devora el hígado, cuando éste se regenera vuelve a empeza eternamente el castigo.

· Hay un cambio de plano. Lo que antes estaba arriba, ahora está abajo. Tal vez la sabiduría comporta esta inversión de la mirada. El sentido común no es tal a los ojos de un sabio. Hay una inversión radiacal de los valores.

Por eso a veces en Tarot antiguos esta figura estaba relacionada con el traidor, traidor a la comunidad.

· Cuando hablamos de lo sobrenatural no es algo que viene a continuación de lo natural, al contrario, es aquello que está previo a lo natural y que lo envuelve. Nos referimos al espíritu que está antes, durante y después de la vida.

· El Colgado está atado de manos y pies. Tiene limitada su movilidad. No está libre. Pero su cara es resplandeciente, tiene un semblante consciente. Por tanto esa limitación no es tanto impuesta como autoimpuesta.

Pero perece bailar con los pies, es como si limitando su voluntad dejara fluir su inconsciente.

· Su cabeza está por debajo del suelo, más allá de las raíces de los árboles, en contacto con las aguas subterráneas. Es así que la idea de bautismo está implícita. El agua que baña la cabeza. Idea de que hau una nueva vida que emerge. Con la cabeza abajo la sangre oxigena la cabeza, revitaliza el espíritu.

· Esa falta de libertad es aparente porque la libertad no es, en su última expresión hacer lo que a uno le venga en gana. La libertad es hacer lo que uno tiene que hacer, Es la comprensión y la aceptación de que uno tiene una misión que cumplir. Hay un compromiso interno. Cabeza abajo necesariamente se vuelve humilde.

· Hay una imagen astrológica interesante. La carta natal no es más que una fotografía de un cielo que nunca más sucederá. Es el símbolo de que cada persona es única e irrepetible. Por eso cada nacimiento inagura de nuevo la humanidad con sus potencialidades nuevas. Uno reactualiza esa humanidad que será diferente en cada uno de nosotros.

· Esa tensión se manifiesta entre lo que quiero hacer y lo que debo hacer. Hay que distinguir entre los compromisos sociales y los compromisos internos. Se trataría de cuestionar la conducta y atender al corazón.

· La INICIACIÓN. Es en estos momentos que uno está involucrando toda la existencia. Va más allá de la mirada estrecha del ego.

Representa el adepto que tiene que pasar unas pruebas para renacer por segunda vez, nacer al espíritu. La soledad es una de las pruebas que tiene que pasar todo iniciado.

Uno tiene que demostrarse que su compromiso es fuerte, que no cae en la primera tentación.

· SACRIFICIO significa volver sagrado algo que previamente pertenecía al ámbito natural, profano.

· Pero también hay una imagen de DESPRENDIMIENTO. Los bolsillos abiertos indican que no retiene nada. En algunos Tarots se le ve con algunas monedas que caen de los bolsillos. Pobreza buscada.

· No será la neurosis, en última instancia, la resistencia a la aceptación de la propia responsabilidad. Eludiendo un encuentro con nuestro interior. Temiendo el sufrimiento. Esa falta de responsabilidad es una constante traición a uno mismo.

· Pero ese sufrimiento es inevitable. Sufrir o sufrir. Pues hay un sufrimiento degenerativo donde uno carga con sus frustraciones, uno sufre sin comprensión. Y otro sufrimiento que es generativo que te invita a crecer.

· Encontramos un paralelismo entre el Enamorado que está entre dos mujeres inmovil y su solución viene de la altura de Eros. El Colgado inmovilizado entre dos árboles, su solución viene de la profundidad, de la tierra, de su inconsciente.

· Pendiente del Destino, no le queda otra que comprender el significado que le depara cada movimiento de la vida. Aquí no soporta el destino sino que lo escoge, este es la diferencia, elegir voluntariamente lo que hay que vivire, lo que se debe afrontar.

· Cuando no hay resistencia, uno es llevado. Es una carta de abandono y de renunciamiento. De la misma manera que cuando te abandonas flotas en el mar y cuando luchas te ahogas.

· En esa renuncia se da el florecimiento de lo que anteriormente estaba sometido.

· En el fondo somos flores humanas. Esa flor que seremos es nuestra vocación, nuestro sino. Pero es cierto que al principio todos somos como tallos muy parecidos, indiferenciados. Es en la maduración de la planta donde descubrimos nuestra esencia desarrollada.

· Nuestra misión en la vida es ese don que nos ha dado la misma vida y al cual estamos en deuda.

· Hay una necesidad de limitarse para salvar eso que es esencial en uno.

 

Julián Peragón




Tarot: VII El Carro

Una vida sin pruebas no merece ser vivida.

• El personaje que representa el arcano anda con su propio vehículo, con su carro. Tiene plena movilidad. Puede ir a los confines del mundo. No está atado a nada ni a nadie, ha conseguido su libertad. No es dependiente.

• Se ha convertido en un individuo con la responsabilidad de sustentarse por si mismo, de asentarse en el mundo, en la realidad.


• Refleja este triunfo el número 7 que es la culminación de un ciclo. También la corona del auriga, del cochero indica triunfo. Ahora es dueño de si mismo y responsable de sus actos en el mundo.

• El carro que puede indicar el cuerpo, la vestidura del espíritu es en principio un espacio propio acotado que uno ha logrado conquistar. Pero también es un carro de dos ruedas y sin riendas que nos indica que para conducirlo uno ha de ser bastante hábil, requiere de todo el equilibrio. Este equilibrio del auriga proviene de la experiencia. El que se ha probado en el mundo, sabe como manejarse en él. Aquí es donde ha perdido el miedo. Y sin miedo puede ir hasta el fin del mundo. El mundo es un reto, un desafío.

• El carro es tirado por dos caballos de diferente color. Son las dos energías del universo opuestas y complementarias. Son también las fuerzas pasionales e instintivas que tirando en direcciones opuestas consiguen con la guía del conductor que el carro vaya hacia delante. De la misma manera que el carácter, la personalidad sujetan a las fuerzas divergentes para que haya una dirección y una orientación claras.

• La libertad es la salida del paraíso, de la infancia, la pérdida de la inocencia, estar delante del mundo, a la intemperie.

• Uno es capaz de marcar su propia ley. Dueño de si mismo, satisfecho. Sólo cree en sí mismo. Por eso siente que es una unidad completa con todas sus funciones (el carro refleja el número 4, los 4 elementos, las 4 funciones, los 4 pilares del carro).

• Pero el mayor riesgo es quedarse en esa autosuficiencia. Ya lo dijo Don Juan a Castaneda, que uno de los enemigos del hombre era la claridad, pensar que ya había superado el miedo y que ya tenía las respuestas necesarias.

• El auriga es S.M. su majestad, es el rey bajo el toldo. Imagen que alude al ego ya formado, al carácter establecido del individuo que tiene una manera hábil y efectiva de actuar. Imagen de brillo, poder, éxito.

• Pero este rey, este héroe, está aislado del cielo abierto, símbolo de lo trascendente, del espíritu. También está separado de los animales, símbolo de la vitalidad, del instinto.

El peligro es creer que lo único que vale es ese yo, ese ego que controla y decide. Con el tiempo, si no hay cambio, si no hay trascendencia aparece la muerte interior, la falta de pasión, curiosidad. Uno está cómodo en su pedestal, con sus respuestas prefabricadas. Se habrá perdido la conexión, se habrá quedado uno en soledad estéril, como una burbuja independiente.

• Pero también cabe otra interpretación. El carro tiene poderes mágicos (Elias, Ezequiel), con él se puede conectar con los poderes divinos. La conexión del Papa con el Carro reside en que aquél es el centro como quinto elemento entre las columnas y los monjes, pero de escala arquetípica. El auriga es también un quinto elemento entre las columnas. Pero ahora tiene una dimensión humana. eses principio orientador proyectado al maestro, al Papa ahora puede introyectarse hacia dentro. Hay capacidad de orientación en la vida. La corona del auriga es símbolo de iluminación. Rey joven con nuevas ideas y nuevas energías. El trono del Papa es fijo, el trono del auriga es móvil, flexible y adaptativo.

• El ego adolescente que aparecía influido por el dios eros, ahora es un ego regido desde su propio interior. Es un ego mediador entre el si mismo y el mundo, entre su psique y lo divino.

• No nos olvidemos que en el Carro el auriga coronado está inflamado de si mismo, lleva su poder con orgullo y se olvida que es un ser frágil delante del universo. Hay una noción exagerada de poder, de ego. El Carro representa para los antiguos la noción de «hybris», ebriedad, es cuando el individuo se ha identificado con su rol arquetípico más allá de los límites humanos. Desde luego que el riesgo de esta hybris es la locura. El carro no muestra esta humildad necesaria en el camino espiritual.

• El significado del carro es que nos permite ir bien lejos para descubrir que con el mismo carro podemos volver a casa, a nuestro interior perdido. Un largo viaje externo siempre es símbolo de un viaje interno.

De hecho aprendemos de nosotros mismos cuando nos ponemos a prueba, cuando superamos obstáculos, cuando hacemos compromisos.

• Pero ¿quién conduce el Carro?, El auriga coronado piensa que es él, uno cree que es el ego quien manda en el sistema pero el destino le dará la lección necesaria para confiar en algo más profundo.

• Con el mago y el inicio del ciclo uno decía yo deseo, ahora al final de este primer ciclo, uno dice yo puedo.

• A nivel mítico, el carro alude a Helios-Apolo que montado sobre una carroza reparte la luz. Pero aún más, representa a Faetón, el hijo de Apolo quien arrebató las riendas del poder prematuramente y fue derribado por el rayo de Zeus, el espíritu. También alude a Osiris, divinidad solar.

• Faetón, hijo de Apolo rogó que se le dejara conducir el carro solar de su padre a través de los cielos un día. Su padre intentó disuadirle pero insistió tanto que consiguió las riedas. En la carrera, los caballos se dieron cuenta de que eran conducidos por manos inespertas así que aceleraron y salieron de su circuito acostumbrado. Subieron muy alto produciendo humo del cielo y tan bajo que derritieron las cumbres nevadas, secaron los ríos y quemaron los bosques. Tan peligroso eran que Zeus intervino lanzando un rayo al carro. Faetón cayó envuelto en llamas a la tierra. Apolo apesadumbrado ocultó su cara por un día mientras en la tierra no hubo sol.

• En el plano adivinatorio el Carro significa éxito, energía, poder y dominio. También alude a la construcción de la persona o la máscara. En el plano espiritual la necesidad de una disciplina venciendo el dragón de la inercia.

 

Julián Peragón




Eneagrama del amor (E5): desamor

DESAMOR

Hay quien se muestra ante el amor frío, apático e indiferente, y no es porque no desee ser querido sino porque más que a nadie no quiere engañarse ante el amor y ante su propia incapacidad de relacionarse amorosamente. No solo no le interesa el amor, no le interesa el mundo, las personas, no le interesa los vínculos, está, por así decir, bien solo, en su propio mundo.

No puede vivir la dependencia del amor, la fusión que implica, el caos que se establece, aceptar otro orden, otro ritmo, alguien que pide, que da, que necesita, que molesta, que exige. Se vive el desamor, pero uno se ha acostumbrado a no necesitar, a vivir con lo mínimo, a no pedir. Prefiere su propia limitación, su autoimpuesta restricción, su control a una voracidad (fantaseada) que le lleve a una mayor frustración.

Es como el avaro que no derrocha, no gasta, no se entrega por miedo a que esa actitud de entrega le lleve a la carencia, al vacío. Por eso uno se encierra, se aísla, y no se muestra disponible. Puesto a amar se prefieren los ideales o el amor a Dios que son mucho más inefables y no llaman a la puerta. Hasta la sexualidad es percibida como una exigencia.