Pablo Segura, La Bartra junio 2016

El centro simbólico está representado en su base con una pieza de cerámica raku elaborada por mis manos artesanalmente.

Cerámica raku es un arte antiguo procedente de Coyea,  que se ha desarrollado en Japón donde atrajo los maestros de té influidos con la cultura Zen en el siglo XVI.

Significa tranquilidad, diversión y felicidad. Estas palabras están estrechamente alineadas con yoga.

La diversión y entusiasmo se reflejan en la práctica de âsana, la tranquilidad de la  mente y la felicidad espiritual son grandes objetivos de yoga.

Como veis, es una pieza muy sencilla, pero observando el proceso de su elaboración nos damos cuenta, que para su creación se necesitan todos  los 5 elementos básicos:

Tierra en forma de la arcilla se mezcla con agua para elaborar la pieza

Óxidos de metal forman parte de los esmaltes

Fuego transforma la pieza, le da estabilidad

Y madera en forma de serrín es necesaria para el proceso de reducción, que es una de las características más importantes de la cerámica raku

Y eso no es todo, se requiere creatividad y gran dosis de amor y paciencia.

Todo el proceso de la elaboración parecido a la alquimia es completo, y tradicionalmente se realiza en la naturaleza. La parte más espectacular es la reducción del esmalte, cuando aparecen los espectaculares y originales colores. Cada pieza es un original. Una vez horneada a temperaturas muy elevadas, sobre 900ºC, se saca del horno y se coloca sobre en nido de serrín dentro de un bidón cerrado. Con su temperatura prende fuego, consume el oxígeno para dar lugar al proceso de reducción. Después de sumergir la pieza en agua aparecen los colores.

Las piezas de cerámica raku podemos utilizar como soporte de la meditación:

Sobre lo sencillo y complejo de las cosas, que nos rodean

Sobre la relación entre nuestra propia actividad y la influencia del mundo exterior en el resultado final de cada nuestra acción

Las cerezas representan la abundancia y las compartimos todos en una pequeña charla y merienda alrededor del centro

Las velas nos conectan con la espiritualidad

El serrín es el símbolo del cambio, son los restos de los árboles, que dan base a una nueva vida

Jitka Vitova, mayo 2016. Barcelona

Por Stephy Albares, mayo 2016, La Bartra

En cuanto supe que tenía que hacer un centro simbólico tuve claro que el elemento principal sería la madera y que me centraría en los chakras por ser uno de los contenidos núcleo del primer curso de la formación.

Por otra parte, me propuse no comprar nada y utilizar tan sólo materiales naturales, reciclados, personales, regalados o prestados, con la intención de que, una vez presentado el centro, todo pudiera volver a su lugar.

Al cabo de un tiempo decidí que quería representar un árbol, y que también quería incorporar los elementos tierra, agua, fuego y aire.

Inicialmente pensé en los árboles sagrados del Paraíso que aparecen en la historia del Jardín del Edén: El Árbol de la vida (en cuanto a que hace referencia a la interconexión de todas las formas de vida en nuestro planeta) y El Árbol del conocimiento del bien y del mal, a los que posteriormente añadiría el Árbol del Yoga, tras conocer su metáfora.

En mi centro hay un poco de cada uno de ellos y simbolizan mi proceso de transformación en el viaje interior que he iniciado con esta formación.

El árbol lo simbolizo con una cepa que encontró una buena amiga y he forrado las puntas de algunas de sus ramas con hilos de algodón encerados para hacer referencia a los chakras.

El elemento tierra lo he simbolizado con 3 piedras que tienen forma de corazón. También simbolizan la 4ª etapa de la meditación, en la que “el obstáculo y el reto consisten en superar la negatividad y la ira a través del perdón y el amor”. Mi mayor dificultad ha sido “abrazar el dolor” pero, una vez integrado, me he visto obsequiada con mis mayores logros durante esta formación: la gran conexión que he alcanzado con mi corazón y el poder liberarme de la espina más grande que tenía clavada: la relación con mi madre, a la que he perdonado desde el corazón, sin resentimiento y sin dolor, dándome cuenta, además, de que no soy quien para juzgar a quien lo ha hecho todo por mí, mejor o peor, pero todo.

El elemento agua lo he simbolizado con una caracola que encontré viajando por el sur este asiático con mi pareja. Al mismo tiempo simboliza el mudra Shankh que me resulta muy poderoso puesto que me ayuda a interiorizar y mantenerme conectada conmigo misma. Y así simbolizo también el 5º chakra, Vishuddha, que está relacionado, entre otras cosas, con la comunicación y la capacidad de expresar sentimientos, aspectos en los que sigo cojeando un poco, ya sea por lo que no digo que por cómo digo lo que digo. Curiosamente, Vishuddha fue el chakra que me tocó desarrollar en el examen del primer curso.

El elemento fuego lo he simbolizado con una vela que me regaló otra buena amiga hace más de 12 años. Represento así el desapego, arduo trabajo en mi caso, pero también la amistad, uno de mis grandes pilares. Hacía unos 5 años que no veía a esta amiga y, sorprendentemente, fue decidir hacer uso de la vela y coincidir con ella en una calçotada. El soporte de la vela es un trébol de 4 hojas que me regaló otra gran amiga con la que, tras 22 años de amistad, se ha roto la relación. Simbolizo así la aceptación.

Para representar el elemento aire he utilizado unas plumas de codorniz que me ha prestado otra amiga. Con ellas simbolizo también la 5ª etapa de la meditación, en la que se nos invita a meditar como un pájaro para cultivar la cualidad de la celebración.

Agatha García, La Bartra, abril 2016

Mi idea es simbolizar la paz interior, un mundo sin guerras, este símbolo está fuertemente ligado a la paloma blanca, fue diseñado por el artista británico Gerald Hottom en 1958 .

Las líneas representan las patas de la paloma y el círculo el planeta tierra.

El cuenco con la arena representa la tierra, el otro el agua, la vela el fuego y el incienso el aire.

Con las margaritas represento la llegada de la primavera, es una flor de origen griego cuyo significado es perla.

He creado unos puntos de libro para compartir con todos vosotros simbolizando los siete centros energéticos, son de goma Eva un material reciclable no tóxico e hilo de seda con los siete colores de los chackras.

El tapiz rojo de fabricación tibetana, fue el regalo de mis amigas en mi 50 aniversario.

NAMASTÈ

Maricarmen García, marzo 2016. Barcelona

Sandra Ramos, marzo 2016 La Plana

Els nostres patrons, les nostres herències familiars i culturals conscient o inconscientment son el motiu de les decisions que anem prenent i els camins que anem triant al llarg de la nostra vida. Camins que avagades ens porten a viure una vida que no es la nostra hi ens asfixia i fins que no comencem a conectar amb la nostre verdadera essència avagades gracies al ioga la natura cadascú troba el seu cami,no trobem un xic de pau.

Mercè Prats febrero 2016, La Plana

El propósito es simbolizar la vida y con esta idea nació el centro, y voy a explicar como fue el proceso, el centro se ha ido creando desde esta idea semilla, como sería para mí.

Empieza en mi jardín recogiendo las semillas de la albahaca, busqué el significado de la albahaca y sus propiedades y observé que en la India se la considera una planta sagrada, venerada porque nos ayuda a conectar Cuerpo-Mente Y Espiritu, que al tomarlo nos ayuda a tener esta conexión.

Vi las propiedades de la albahaca y empecé a transformar las propiedades en cualidades a cultivar. A partir de aquí recogí las semillas y realicé los saquitos uno a uno, a mano, en ellos he dibujado el Montseny que es donde vivo, como para compartir con vosotros mi jardín, mi casa y llevároslo a cada uno.

He ideado un juego en el inconsciente en el que cada uno cogerá un saquito que contiene semillas de albahaca y una cualidad que cada uno va a trabajar plantando estas semillas y mirando en que aspectos de tu vida has de trabajarlo.

El plantar estas semillas nos va a recordar la cualidad a trabajar.

He querido representar los cinco elementos, la tierra volcánica simboliza la tierra, el agua con las flores , el agua, el aire con los inciensos y el fuego con las velas, la madera en la mariposa. Finalmente dudaba que fondo poner y llegó a mis manos esta tela que me habían regalado hace ya un tiempo una amiga africana que representa la tierra pero el mismo dibujo hizo que se convirtiera en mariposa y como símbolo de transformación que reafirma el propósito inicial , la vida como cambio, como transformación y evolución.

La lavanda simboliza la espiritualidad, la tranquilidad, la calma , la paciencia.

Os invito a compartirlo y a llevaros un poco de este trabajo con la tierra y las cualidades.

Los colores también me sugerian el simbolismo del trabajo , el rojo la fuerza de voluntad que necesitamos , el blanco la reflexión , la sabiduría y el verde apertura de corazón. Y el malva la claridad.

Cultivo:

La tierra utilizada la desmenuzaremos bien hasta que quede ligera y suelta para que enraíce bien.; las semillas slas cubrimos con poca tierra como medio centímetro, regar con difusor, mantener lejos de la luz solar y mantener húmeda, germinarán a los 15 días y entonces y así podemos exponerla a luz solar , les gusta el sol y el agua.

En casa la tomamos en los spaguetis, en la salsa pesto, en ensalada en sopas, protegen a las otras plantas de mosquitos.

Mila Martín, Barcelona febrero 2016

MANDALA DE LOS PEQUEÑOS TESOROS

Esta mandala invita a la sensibilización, a ser capaces de valorar la belleza incluso en las cosas más simples.

Es un mandala que trabajo con yoga niños para sensibilizarlos y hacerles entender que en cualquier rincón podemos encontrar un tesoro de gran belleza. Que el planeta tierra está lleno de tesoros por todas partes, sólo hay que saber observarlos. Hay que decir que aunque inicialmente es un mandala que he enfocado para niños, puede ser un trabajo realmente interesante también en adultos.

Invita a vivir con plenitud, si sólo vemos como un tesoro un diamante o un ferrari, seguramente esto nos aportará frustración. Sin embargo si a cualquier cosa pequeña somos capaces de verle su belleza como si de un tesoro se tratara, estaremos más cerca de la plenitud.

Los elementos que componen este mandala los encontramos en cualquier rincón: unas hojas caídas en la acera, unas conchas en la playa, unas florecillas silvestres que nacen en cualquier rincón, las flores de los parques y jardines, las bayas de los arbustos, las diferentes semillas de los árboles… etc

El orden de colocación de los elementos en espiral desde el centro hasta el exterior le he querido dar el siguiente significado:

Centro: elementos del mar como símbolo del inicio de la vida en la tierra

Piedras: como símbolo de la tierra

Semillas: como símbolo de potencial de vida y transformación

Hojas: semillas convertidas en árbol o plantas

Flores: esplendor, belleza, futuro fruto. El simbolismo de la flor que nos ofrece su belleza, su color, su aroma, la suavidad de sus pétalos, sin esperar nada a cambio.

Frutos: Bayas de arbustos

Fondo: en el fondo hemos colocado el color azul y las estrellas como símbolo del cielo y del universo y todo aquello más grande que nosotros envuelto de misterio y de belleza.

Las velas: simbolizan la espiritualidad, la magia necesaria para valorar y creer en el milagro de la vida.

Erika González
Barcelona, 28 de enero 2016

Eva Moreno, La Plana, enero 2016