Centro simbólico de luz y alegría
Para mí este centro representa lo que me llevo de estos tres años de experiencia en la escuela y sobre todo, las huellas que me han dejado los diferentes aspectos de los que he disfrutado.
Diría que lo que más me ha aportado la escuela es este centro de luz, de serenidad, de convivencia des de el disfrutar, el crecer juntos des de la belleza, la sencillez, la sensibilidad.
Durante este tiempo también he desarrollado y profundizado en mi relación con la naturaleza. Por eso, al principio, cuando pensaba en el centro, primero me venía la idea de no crear nada nuevo, simplemente recoger las cosas, objetos, frases, símbolos que tengo en mi habitación y que me ayudan a centrarme y ordenarlos como centro. Por eso de no mirar de crear algo nuevo buscando fuera lo que ya está en mi interior y mi alrededor. Pero una frase se empezó a repetir en mi interior: “la naturaleza lo contiene todo”, y me venían ganas de buscar en ella también olores, objetos, texturas, elementos.. que formaran también parte de este centro.
He disfrutado mucho haciéndolo, quitando y poniendo, hilando y deshilando, creando relaciones y vínculos entre los diferentes elementos. A la hora de dar una explicación sobre lo que ha salido me he liado más. Como la enredadera del móvil me era más complicado no hacerlo des de la cabeza y dejar a mi corazón que fuera el que hablara.
Des de el corazón, des de mi propio centro lo que me llevo es semillas que aún tienen que germinar y que quiero compartir con todos vosotros. He encontrado en el yoga, la experiencia de sentirme cercana a mi ser, a mi centro físico y simbólico, el saber que existe des de la vivencia, que somos un ser maravilloso más allá de la mente y de las emociones, de nuestro cuerpo y de la finitud de las formas. Y éste es el centro de mi centro simbólico, la belleza desnuda y sencilla coronada por una luz, la luz de lo Real, del centro del Ser, apoyada en una espiral, en el punto más céntrico de este centro, en sus entrañas.
Y lo que he podido experimentar ha sido a través de escucharme con atención y sin prisas, por eso la caracola de mar junto con la concha simbolizando un imaginario caracol. También a través de la dama que mira la noche y la estrella, la grandeza de todo lo que acontece y a través del juego, el movimiento, el soltar, el disfrutar de la luz del sol, como un caracol con alas creando formas y contenidos dejando volar la imaginación.
Y las ramas, fluyendo con el viento, las hojas con la tierra, el mimbre y la cerámica, la huella humana en la naturaleza y el fruto de todo lo vivido, de todo lo ya experimentado, del momento presente y de todo lo que esté por venir.
En un movimiento circular y cíclico como el círculo pero a la vez con la estructura y sabiduría que se esconde en lo cuadrado, simbolizando el cielo y la tierra, el norte y el sur, lo inmaterial y lo material. Todo es necesario. Y la frase vuelve: “la naturaleza que todo lo contiene”.
Por eso, el “This is it”, la respiración, el volver a sentir la vida, que uno está vivo y realmente vivo. Y las pequeñas transformaciones que acontecen en este vivir cotidiano y a veces mágico, aún en alternancia con las enredaderas, con los hilos que se enredan en el móvil creado, con el equilibrio que no es fácil de sostener.. aún allí anidan las mariposas, efímeras y bellas simbolizando los momentos de transformación, a veces imperceptibles o sólo perceptibles sutilmente como el vaho del aliento, de las mínimas medidas del tiempo inexistente, del andar desandado, de la vuelta al caracol alado.
Con la sensación de que estos tres años de formación han dado muchos frutos y que darán más jugo del que aún soy capaz de intuir o experimentar. Con la esperanza de ser capaz de verlo y de reconocerlo sin que pase por mi lado sin darme cuenta como el tren que uno piensa que nunca llegó y se empecina en no ver por ninguna parte. Con la gratitud tan grande que siento por haber disfrutado y vivido el estar aquí en cada momento, gracias de todo corazón.
Propuesta sobre simbolismo
Hola compañeros/as:
Os propongo un ejercicio que consiste en que pongáis al lado de las palabras que están en negrita que es lo que os sugieren a vosotros personalmente, qué simbolizan para vosotros. Después de cada uno de estos conceptos, encontraréis una explicación –entre otras posibles- de lo que simboliza el concepto en sí. Las explicaciones han sido extraídas del libro “Diccionario de los símbolos” de Jean Chevalier y Alain Gheerbrant. Por último, encontraréis unas palabras en cursiva que son las que a mí me han sugerido estos conceptos.
¡Espero que lo disfrutéis!
Centro
Es ante todo el Principio, lo Real absoluto, su presencia es universal e ilimitada, está en el centro invisible del ser, independientemente del tiempo y del espacio. No es algo estático, sino que es el hogar desde donde parte el movimiento de lo uno hacia lo múltiple, de lo interior hacia el exterior, de lo no manifestado a lo manifestado, de lo eterno a lo temporal, procesos todos de emanación y divergencia donde se reúnen como en su principio todos los procesos de retorno y de convergencia en su búsqueda de la unidad.
Mircea Éliade nos dice que en el centro del mundo se encuentra la montaña sagrada, es allí donde se encuentran el cielo y la tierra. En el centro del mundo es igualmente donde se eleva el árbol de la vida.
Cada pueblo –se podría decir que cada hombre- tiene su centro del mundo: su punto de vista, su punto imantado. Se concibe como el punto de unión entre este deseo, colectivo o individual, del hombre y el poder sobrehumano capaz de satisfacerlo. Allí donde se reúnen tal deseo y tal poder está el centro del mundo. No hay pueblo que no tengo su monte sagrado, considerado por cada uno de ellos como el centro del mundo. El centro se llama en efecto ombligo de la tierra.
El centro tiene una significación espiritual tanto como material. El alimento místico mana del centro, tanto como el alimento biológico de la sangre maternal.
Punto medio, ser interior, eje vital, efecto multiplicador, sostén.
Círculo
Es en primer lugar un punto extendido; participa de su perfección. El punto y el círculo tienens propiedades simbólicas comunes: perfección, homogeneidad, ausencia de distinción o de división… También representa los grados del ser, las jerarquías creadas. El movimiento circular es perfecto, inmutable, sin comienzo ni fin, ni variaciones; lo que lo habilita para simbolizar el tiempo, que se define como una sucesión continua e invariable de instantes todos idénticos unos a otros… Simbolizará también el cielo, de movimiento circular e inalterable…
Símbolo del mundo espiritual, invisible y transcendente. Caracteriza la tendencia expansiva (rajas). Es, en consecuencia el signo de la armonía, y por esto las normas arquitectónicas se establecen frecuentemente sobre la división del círculo. El círculo es también el símbolo del tiempo; la rueda gira. El círculo inscrito en un cuadrado es un símbolo muy conocido de los cabalistas. Representa la chispa del fuego divino oculta en la materia y animando ésta con el fuego de la vida.
En cuanto forma envolvente y circuito cerrado, el círculo es símbolo de protección, protección asegurada dentro de sus límites. De ahí su uso mágico en diferentes contextos.
Regeneración, vorágine, equilibrio y retroalimentación.
Cuadrado
Símbolo de la tierra, por oposición al cielo, pero también, en otro nivel, es el símbolo del universo creado, tierra y cielo, por oposición a lo no creado y al creador; es la antítesis de lo transcendente. Figura antidinámica, anclada sobre sus cuatro costados; simboliza la detención, o el instante afianzado; implica la idea de estancamiento, de solidificación, o incluso de estabilización en la perfección. El número cuatro es pues en cierta manera el de la perfección divina; de forma más general es el número del desarrollo completo de la manifestación, el símbolo del mundo estabilizado. El modo de vida sedentario –o civilización- se expresa por la forma cuadrada de la ciudad, mientras que los campamentos y las tiendas de los pueblos nómadas son redondos. El cuadrado es la figura básica del espacio; el círculo, y particularmente la espiral lo es del tiempo. En todas las tradiciones astrológicas el cuadrado representa la tierra, la materia, la limitación; y el círculo o la esfera, el cielo, lo infinito, lo universal.
Orden, razón, estructura, solidez
Triángulo
El triángulo equilátero simboliza la divinidad, la armonía y la proporción. Además de su notoria importancia en el pitagorismo, el triángulo es alquímicamente el símbolo del fuego; lo es también del corazón. El triángulo derecho y el triángulo invertido –siendo éste reflejo del primero- son los símbolos respectivos de la naturaleza divina y de su naturaleza humana; son también los de la montaña y la caverna. El triángulo invertido es en la India el símbolo de la “yoni” o la matriz ; los dos triángulos representan a “Purusha” y a “Prakriti”, a “Shiva” y a “Shakti”, al “linga” y a la “yoni”, al fuego y al agua, las tendencias “sattva” y “tamas”.
A los triángulos están ligadas numerosas especulaciones sobre las innumerables triadas de la historia religiosa; sobre los trípticos de la moralidad: pensar bien, hablar bien y hacer bien; sabiduría, fuerza y belleza, sobre las fases del tiempo y de la vida: pasado, presente y porvenir; nacimiento, madurez y muerte; sobre los tres principios de base de la alquimia: sal, azufre y mercurio, etc.
Inteligencia, divino, organización, jerarquía.
Árbol
Símbolo de la vida en perpetua evolución, en ascensión hacia el cielo, evoca todo el simbolismo de la verticalidad. Por otra parte, sirve también para simbolizar el carácter cíclico de la evolución cósmica: muerte y regeneración; los árboles de hoja caduca sobre todo evocan un ciclo, ya que cada año se despojan y se recubren de hojas. El árbol pone así en comunicación los tres niveles del cosmos: el subterráneo, por sus raíces hurgando en las profundidades donde se hunden; la superficie de la tierra, por su tronco y sus primeras ramas; las alturas, por sus ramas superiores y su cima, atraídas por la luz del cielo. Reptiles se arrastran entre sus raíces; aves vuelan por su ramaje. Reúne todos los elementos: el agua circula con su savia, la tierra se integra a su cuerpo por sus raíces, el aire alimenta sus hojas, el fuego surge de su frotamiento.
Dado que sus raíces se sumergen en el suelo y sus ramas se elevan en el cielo, el árbol es universalmente considerado como un símbolo de las relaciones que se establecen entre la tierra y el cielo. Las aves del cielo reposando sobre las ramas del árbol son además los estados superiores del ser y todos los estados en su conjunto están vinculados entre ellos por el tronco del árbol.
En las tradiciones judías y cristianas el árbol simboliza principalmente la vida del espíritu. El árbol se compara al pilar que sostiene el templo y la casa, a la columna vertebral del cuerpo; las estrellas son los frutos del árbol cósmico. El árbol es además protector en razón de su sombra y es un símbolo femenino porque surge de la tierra madre, sufre transformaciones y produce frutos.
La imagen del árbol sagrado es extremadamente frecuente en el arte así como su imagen ha inspirado a numerosos autores místicos que elevan su valor simbólico hasta el nivel de una teología de la salvación.
En resumen, en tanto que símbolo de la vida –de la vida a todos sus niveles, desde el elemental hasta el místico- el árbol se asimila a la madre, al manantial, al agua primordial. Tiene toda su ambivalencia: fuerza creadora y captadora, nutritiva y devorante.
Fuerza, quietud y movimiento, templanza, sabiduría serena.
Semilla, grano
El grano que muere y se multiplica es el símbolo de las vicisitudes de la vegetación. Su simbolismo se eleva sin embargo por encima de los ritmos de la vegetación para significar la alternancia de la vida y la muerte, de la vida en el mundo subterráneo y la vida a plena luz, de lo no manifestado y la manifestación. Los ritos de iniciación tienen por objetivo liberar de esta alternancia y fijar el alma en la luz.
Origen y final, principio y vuelta a girar.
Hoja
Participa del simbolismo general del reino vegetal. En el Extremo Oriente es uno de los símbolos de la dicha y de la prosperidad. Un ramillete o un haz de hojas designan el conjunto de una colectividad, unida en una misma acción y en un mismo pensamiento.
Viento y sol, forma sin forma, lucidez, hermandad.
Flor
La flor, en general, es símbolo del principio pasivo. El cáliz de la flor es el receptáculo de la actividad celeste y además el desarrollo de la flor a partir de la tierra y del agua simboliza el de la manifestación a partir de esta misma substancia pasiva.
San Juan de la Cruz ve en la flor la imagen de las virtudes del alma, y en el ramillete que las une la perfección espiritual. En el ritual hindú, la flor corresponde al elemento Éter.
La flor se presenta a menudo como una figura-arquetipo del alma o como un centro espiritual. Su significación se precisa entonces según su color. El uso alegórico de las flores es igualmente indefinido: están entre los atributos de la primavera, de la aurora, de la juventud, de la retórica, de la virtud, etc.
Belleza, despertar, creatividad, geometría sagrada, apertura.
Fruto
Símbolo de abundancia, desbordando del cuerno de la diosa de la fecundidad o de las copas en los banquetes de los dioses. En razón de las semillas que contiene, Guénon lo ha comparado al huevo del mundo, símbolo de los orígenes. En la literatura muchos frutos han tomado una significación simbólica que hace de ellos la expresión de los deseos sensuales, del deseo de inmortalidad, del de prosperidad.
El resultado, el jugo, la plenitud, la dicha.
Granada
Es un símbolo de fecundidad. La mística cristiana traspone este simbolismo de la fecundidad al plano espiritual. Representa los misterios más altos de Dios, sus juicios más profundos y sus más sublimes grandezas. En el contexto del mito griego, Perséfone ha sucumbido a la seducción al tomar el grano de la granada y será así castigada a pasar un tercio de su vida en los infiernos.
Fecundidad, rebosamiento, pasión y dulzura.
Espiral
La espiral, cuya formación natural es frecuente en el reino vegetal y animal evoca la evolución de una fuerza, de un estado. En todas las culturas se encuentra cargada de significaciones simbólicas. Es y simboliza emanación, extensión, desarrollo, continuidad cíclica en progreso y rotación creacional. Se vincula al simbolismo cósmico de la luna, al simbolismo erótico de la vulva, al simbolismo acuático de la concha y al simbolismo de la fertilidad. Representa en suma los ritmos repetidos de la vida, el carácter cíclico de la evolución. Simboliza también el viaje del alma después de la muerte, a lo largo de los caminos por ella desconocidos, pero conduciéndola por sus rodeos ordenados hacia el foco central del ser eterno.
Infinitud, montaña, camino, magia.
La danza
Las danzas rituales son un medio de restablecimiento de relaciones entre la tierra y el cielo, reclamen la lluvia, el amor, la victoria o la fertilidad o incluso la extinción en la unidad divina. Los gestos son un lenguaje, que parte de lo más profundo de lo inconsciente y se abandonaba a las pulsiones divinas; el entusiasmo manifiesta la presencia interior del dios. La danza simboliza y reclama la acción de éste. La danza simboliza y reclama la acción de éste. La danza religiosa y cósmica es un rito de identificación con el creador y con la creación. Dibuja en el espacio la evolución del tiempo, como para asociarse a la energía que preside las perpetuas transformaciones del mundo y para celebrar las fuerzas a quienes el rito pretende dar gracias o bien captar.
Conexión, fluidez, libertad, caracol con alas.
Natalia Sin, enero 2014 La Plana