Tarot: VI El Enamorado
El arcano central por primera vez no está sobredimensionada aludiendo a figuras arquetípicas, El enamorado ya es una figura de dimensiones humanas, con los pies en el suelo, en la realidad. Diríamos que el individuo ya está hecho, que tiene su capacidad de moverse y de decidir en el mundo.
·El muchacho representa el joven ego pues lo masculino representa la voluntad, la acción y la conciencia en el lenguaje esotérico.
· La mujer mayor que le toca el hombro como símbolo de responsabilidad, de atenerse al deber, a la prudencia es la Madre, que todavía permite la irresponsabilidad, cautivo de la seguridad y la comodidad.
· La mujer joven que le toca al corazón como símbolo de invitación a seguir sus impulso emocionales es la Amante, la virgen o sacerdotisa que representa lo que está por desvelar, por descubrir.
· El conflicto está presente, su cuerpo lo expresa. La cabeza mira hacia la parte prudente y segura, y el cuerpo gira hacia el amor, la pasión, la aventura. Una parte mira al PASADO, otra mira al FUTURO. ¿Cuál será su decisión?.
· Hay que recordar que entre el joven y la joven hay una cierta similitud como anunciando cuál será la decisión conveniente.
· El conflicto está claro entre razón y sentimiento, realidad, y utopía, estable e incierto. El Enamorado se encuentra inmovilizado porque no sabe qué camino elegir. Pero es el acto de elegir que es propio de la persona que empieza a ser un individuo y que a pesar de las fuerzas divergentes sabe tomar una decisión transformando la oposición en un complemento dinámico.
· Ante el Papa, los personajes reciben un conocimiento pero no se ponen a prueba ante la realidad como en el Enamorado.
· Pero toda elección comporta riesgos. La elección por la Madre se podría convertir en la madre castradora, pero la Amante podría convertirse en la mujer caprichosa que no tiene límites. La elección correcta es elegirse a sí mismo.
· La elección consiste en pasar de muchacho a hombre (o de muchacha a mujer) como un gesto de iniciación. Convertirse en héroe tras matar al dragón exterior que nos pone en peligro, al monstruo interno que no nos deja ser, y en ello la amada es el símbolo del éxito tras las pruebas.
· En definitiva se trata de encontrar la libertad. Refleja la leyenda de Hércules debatiéndose entre el Vicio y la Virtud.
· El enamoramiento funcionará como ese ardid para ponernos en funcionamiento, para ir a la batalla. Ella es el llamado a la vida. Nos recuerda el mitos de Psique y Eros con el cual se casa consiguiendo la inmortalidad. A un lado tenemos a Psique y a otro a Venus con sus trabajos que le hace cumplir a la mortal Psique. El triángulo amoroso.
· Pero ¿quién elige en esta decisión?. Más bien es Cupido quien elige. El enamoramiento es una buena estrategia de la vida para seguir creciendo.
· El 6 es un número de oposición y crisis, que nos lleva a un progreso y evolución. Son dos triángulos enlazados. Uno mira hacia arriba, símbolo astrológico del fuego. El otro mira hacia abajo, símbolo del elemento agua. Símbolos también de lo masculino y lo femenino.
· La virtud consiste en poder elegir. Cuando uno elige compulsivamente realmente no elige. Hay algo que está eligiendo por nosotros. La libertad es cuando uno tiene mucha sed y es capaz de mojarse solamente los labios.
· Aparece la responsabilidad en este arcano. Previamente se vive en el plano arquetípico. En alusión al padre, madre, maestro, etc. Ante la tensión de la vida aparece la toma de conciencia, la primera elección.
· Hay una invitación a la transformación, dejar las pieles gastadas. Ir al riesgo, a la aventura. Lo seguro no es seguro, es terrible, es la muerte.
· La cabeza, razón, mira siempre lo conocido, lo familiar, lo seguro. Reitera esquemas, hábitos, formas de pensar y actuar.
· Sólo podemos saltar cuando algo muy importante nos espera al otro lado, una amada, el amor, la ilusión de ser, lo desconocido y misterioso. En la lucha entre la memoria y el orgullo, gana el orgullo.
· ¿De quién se enamora uno?. Uno se enamora de sus sueños. Nos enamoramos siempre de nosotros mismos. La elección la ha hecho el deseo.
· Al final lo importante no es tanto el tema de la elección sino qué es lo que elige en mí, ¿por qué apuesto?. Es el corazón o la mente quien elige.
· Hablamos de crecimiento pero ese crecimiento no es tanto querido por sí mismo. Crecemos porque queremos ser queridos y actuamos hacia ello modificando nuestras estructuras. De verdad nunca nos ponemos voluntariamente en una posición de elección. La vida, nuestro subconsciente nos lo trae.
· ¿Qué hay que hacer?. Escucharse a si mismo.
· La vida no nos asegura absolutamente nada.
Julián Peragón