Nâdî-sodhana es la base de todo prânâyâma, ya que consiste en limpiar los conductos vitales de todos los chakras; deberemos por tanto aprenderlo y efectuarlo antes que cualquier otro trabajo específico con la respiración. Es una respiración lenta y alternada, es decir, utiliza las fosas nasales, una tras otra; es profunda y se efectúa con o sin retenciones de aliento. El principio de esta respiración es similar al de un sistema de “limpieza de chimeneas”. El sacro (donde yace el Fuego Cósmico latente) está considerado como el foco incandescente de la chimenea, en tanto que las fosas nasales representan los tubos de entrada y salida del aire :
– Con cada inspiración, como dicen los textos: “atizamos el fuego sagrado basal kundalinî “.
– Con cada espiración: la energía desciende por la Espina dorsal, alimentando los Centros Energéticos del canal central sushumnâ.
Hemos de saber que la sede del fuego kundalinî tiene su foco en el chakra mûlâdhâra, que está considerado como el interruptor que permite la activación de los fuegos del cuerpo con las corrientes espirituales. La sede del fuego agni, tiene su foco en el chakra manipûra, ahí es donde se “elabora” el calor del cuerpo. El chakra mûlâdhâra es el asiento del elemento tierra (prithivi) con un cuadrado amarillo como símbolo. Para disolver la tierra, hay que utilizar el poder disolvente del agua, que se encuentra en el chakra svâdhisthâna. Para hacer hervir el agua, hay que recurrir al poder calorífico del fuego (agni), el cual se sitúa en el chakra manipûra.
Las fosas nasales (los nâdîs idâ y pingalâ) van a servir de chimeneas, permitiendo al aliento atizar el fuego (agni), y es soplando sobre el fuego del cuerpo, como su poder de expansión, logrará hacer “ hervir “ el agua del chakra svâdhisthâna, permitiendo dicha acción la disolución del elemento tierra del chakra mûlâdhâra. Esta disolución del elemento tierra tiene una acción similar a la de pulsar un interruptor, el cual permitirá a la “ corriente iluminadora “ esparcirse, activando el fuego – serpiente kundalinî.
Esto significa por tanto, que, aunque el fuego latente cósmico (kundalinî) tenga su asiento a nivel del chakra mûlâdhâra, es en realidad el chakra manipûra la verdadera herramienta del fuego. No debemos olvidar aquí los poderes principales del fuego: la acción purificadora, si es bien empleado, y la acción devastadora, en el caso contrario.
Si entendemos lo anterior nos daremos cuenta del papel que juega NADI SODHANA dentro del prânâyâma así como de la importancia de todo trabajo enérgetico que realizemos sobre los Cuerpos sutiles y físicos, con la ayuda de la respiración. En las explicaciones anteriores, reside el secreto de la respiración tibetana “tumo“, la cual tiene como objetivo y como realidad, producir el calor interno del cuerpo necesario para afrontar los grandes fríos de los Himalayas.
ACCIONES PRINCIPALES DE NADI SODHANA
– A nivel Psico-fisiológico
Nâdî-shodhana se manifestará como aliento equilibrador y calmante. Mejora las funciones respiratorias y sánguineas y favorece la interiorización. No tiene prácticamente ninguna contraindicación, si se practica con gran lentitud y prudencia en las retenciones del aliento. En caso contrario, pueden producirse cierto tipo de alteraciones cardíacas.
– A nivel sutil
Nâdî-shodhana permite equilibrar los dos polos de energía idâ y pingalâ, purificando los canales y clarificando ese ojo intuitivo. Tener precaución con las retenciones de aliento demasiado prolongadas, ya que cuando el fuego interno inicia su marcha demasiado bruscamente, resulta difícil detener su progresión y esta ascensión puede destruir ciertos tejidos internos de protección del canal central, acarreando naturalmente, todo tipo de molestias, las cuales se harán sentir rápidamente.
Práctica: Nadi Sodhana básico
– Posición sentada : Vajrâsana, Sukhâsana, Siddhâsana, Ardha-Padmâsana o Padmâsana; espalda recta y estirada, ojos cerrados.
-Mano derecha en Nâsâgra Mudrâ, el pulgar y el anular abren y cierran alternativamente y regularmente la fosa nasal derecha y la izquierda.
– Mano izquierda en Chin Mudrâ sobre la rodilla izquierda.
– Cerrar la fosa derecha con el pulgar de la mano derecha.
– Inspirar por la fosa izquierda durante 5 segundos.
– Al final de la inspiración, liberar la fosa derecha.
– Cerrar la fosa izquierda con el anular.
– Espirar por la fosa derecha durante 5 segundos.
– Al final de la espiración, volver a inspirar, el mismo tiempo, por esta misma fosa derecha.
– Espirar por la fosa izquierda, trás haber cerrado la fosa derecha y abierto la izquierda.
– Efectuar de este modo 20 ciclos completos, comenzando por la fosa izquierda y 20 ciclos completos comenzando por la fosa derecha.